miércoles, 26 de febrero de 2014

Tomando Nuestro Territorio


 


Hola amigos, un tema que no debemos pasar por alto, y que además ha conllevado inclusive, a que instituciones gubernamentales del Estado dominicano hallan hecho sus respectivos pronunciamientos con respecto al tema del cual he querido formular y a la vez, publicar este editorial en el día de hoy, y es el que se refiere a una campaña que  realiza un ministerio “evangélico” el cual promueve y simultáneamente promociona una frase multisignificativa, y le aplico este término (multisignificativa) porque cuando analizamos la frase en cuestión [Tomando Nuestro Territorio], a la luz bíblica registrada específicamente en el Pentateuco de Moisés, allá en el Antiguo Testamento, en las más importantes conquistas territoriales de la historia en toda su dimensión y a lo largo de la inmensa diversidad de guerras territoriales, o más bien, de batallas, luchas y guerras en pro de conquistar territorios fuera de los suyos, y solo por mencionar algunos: Carlo y Alejando Magno,  este último con su funesto y muy personal objetivo de convertir todas las ciudades importantes del mundo en Alejadrías, Las guerras por conquistas territoriales plasmadas en las innumerables reseñas de la profunda mitología griega, también, para no pasarlo por alto, los españoles no vinieron a América a conquistarnos con rosarios y retratos de La Virgen Maria en las manos, ¿verdad?.
 
De manera que el tema pica y se extiende, lo que bien es cierto, es que el tema de “Conquistando Nuestro Territorio”, al menos como una simple frase hecha, no es más que una especie de “Cliché” o eso mismo, una frase hecha y de continua repetición en los momentos llenos de la más común y característica emoción que surge en medio de las prédicas y campañas de evangelización que identifican a la gran mayoría de los ministerios evangélicos que funcionan al traste de todo lo que significa legalidad institucional del Estado, en este caso, el Estado Dominicano, o sea, que operan de manera ilegal o al menos, que no cuentan con un registro oficial que le permita al Estado, contabilizar y controlar este tipo de organizaciones, que dicho sea de paso, dan al traste con las enseñanzas del Maestro sobre quien Predican; una falla mega-extraordinaria  tanto del Estado dominicano, como de un ministerio eclesiástico cristiano, que procura enseñar lo correcto; y legalmente lo hacen dentro del marco de la ilegalidad, por consiguiente enseñan lo correcto dentro de lo incorrecto, antónimos inherentes, esto es como separar una mezcla homogéneas, simple y llanamente “así no se puede”.
Ah! Y por si acaso, como dicen en mi campo, me referí en esos términos, a los ministerios evangélicos que actúan al margen de la ley del Estado dominicano, que no registran sus operaciones, aunque admito y a la vez solicito, que fruto de la debilidad legislativa en ese tenor, por lo que el país debe legislar en tal sentido, ya está bueno y creo que es más que suficiente para que las iglesias y ministerios eclesiástico que abundan en esta nación, sigan funcionando bien o mal, sin parámetros de ejecución de sus ejercicios, sin ser regulados igualitariamente todos, por una ley específica y única para dichas organizaciones de carácter religioso. 

Es sumamente difícil, casi una yuxtaposición con lo imposible, determinar si el ministerio que está realizando la campañita en cuestión está debidamente registrado o legal; o no lo está, en República Dominicana cualquier “Carajo” construye una rancheta, o pone varias sillas y un podium en la marquesina de su vivienda e inherentemente con ello, coloca un letrero con la insignia agregada “IGLESIA…..DIOS…..) y automáticamente a quien dirija tal relajo se le llama Pastor o Pastora, lo que al fin y al cabo, va en detrimento de la misma clase, porque se ha convertido esto, evidentemente en un relajo, una cualquierización de una de las posiciones más rigurosa, comprometida,  santa, ungida, recta, correcta, elevada, anhelada y formidable que puede alcanzar un ser humano, la de ser: Pastor, Sacerdote, Representante del Mesías en la tierra.

Ahora, esté ese ministerio que promueve el tema que estamos tratando debidamente constituido o no, creo, que deben parar ese asunto de manera inmediata, ¿por qué?,
-Por las circunstancias que está atravesando la nación dominicana en este preciso momento con relación a Haití, fruto del la Sentencia del T.C. 118-13, esta es una campaña que puede interpretarse contraria y perjudicial a los intereses fundamentales de nuestro país como nación que goza de un Estado de Derecho,
-  porque las personas que están usando los t-shirts o franelas con la alusiva frase de “Tomando Nuestro Territorio”, controversialmente son nacionales haitianos, y son aquellos portadores de este gentilicio con los que tenemos varias situaciones conflictivas de orden territorial; por lo que exijo que esa fuñida y amenazante campaña “tildada de religiosa y en nombre de Dios” sea detenida de manera inmediata.
(sería importante echar la vista a estos textos bíblicos y leerlos en contexto: Deut. 11:24, Jos. 1:4 y 19:47, Jue 1:3, 1Sam 7:14)


Por: José Ant. Hernández Gómez (Jochy)
Egresado del “Bible Training Centre For Pastors” de Georgia USA, ubicado en el  2030 Tucker industrial Road, Suite 126, Tucker, GA 30084, USA, año 2007, en:
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